Subida de tipos: Diferentes escenarios, mismas soluciones

El jueves el BCE decidió, tal y como ya pronosticaban los analistas, mantener los tipos oficiales en el 1,25%, dejando abierta la puerta a una más que previsible subida en Julio.

La amenza de la temida inflación sigue presente, y uno de los objetivos que tiene el BCE es velar por la estabilidad de los precios. De tal modo, que si a los ciudadanos les cuesta más pedir dinero prestado para consumir, comprarán menos. Si compran menos, los comerciantes se verán obligados a bajar los precios, y de esta forma se logra controlar la subida de precios. Y todos tan felices.

Pues no.

Es obvio que para llegar a ser el mandamás del Banco Central Europeo se necesita tener una larga trayectoria en el mundo económico, ser un economista de reconocido prestigio y demostrar tener capacidad para tomar decisiones tan trascendentales que pueden cambiar la vida económica de millones de ciudadanos. Además, esta persona está arropada por cientos de analistas y asesores que le hacen llegar informes, estudios, análisis de todo aquello que afecta a la Economía con mayúsculas. Es un trabajo complicado, y además no ganan tanto en comparación a otros profesionales.

Asumiendo mis propias limitaciones formativas (aunque tengo formación económica universitaria y me dedico profesionalmente a los mercados financieros), observando las decisiones en materia ecónomica que han ido tomando desde su creación los dirigentes del BCE, puedo decir con toda humildad que podría ser Yo el próximo dirigente del BCE. Lo digo por si no se ponen de acuerdo.

Dejando de un lado el sarcasmo, sí que es verdad que parece que lo único que saben hacer es subir y bajar los tipos de interés. Ya sabemos que también vigilan la cantidad de dinero en circulación, no vaya a ser que tengamos demasiado. También realiza las operaciones de cambio (divisas), poseer y gestionar las reservas oficiales de divisa, vigilar el buen funcionamiento de los sistemas de pago y unas cuantas cosas más. Pero al final lo único que sale en la prensa es que si suben los precios, suben los tipos de interés, y viceversa. No me digan que a simple vista no parece fácil. Quizá lo difícil es saber hacerlo en el momento exacto. Y no digo que ellos acierten con el momento.

Con esta Europa nuestra de dos velocidades, está claro queno van a poder realizar políticas monetarias al gusto de todos los países miembros, pero subir los tipos de interés ahora va a provocar (en toda Europa) que los hipotecados paguen más porque se supone que al Banco de turno le cuesta más pedir dinero al BCE. En economías como la española, donde la tasa de paro está sobre el 20% de la población activa, puede provocar la ruina de muchas familias y de paso de muchos Bancos y Cajas. Porque lo que hacen las Entidades Financieras es trasladar la subida a sus clientes, tal y como nos enseñaron a hacerlo en la Universidad. Yo no sé qué es peor, si la inflación o los impagos. Pero me resisto a aceptar que la única medida para frenar la inflación es subir los tipos de interés.

Quizás hace unas décadas los modelos económicos eran más predecibles, pero en esta nueva economía global, no todos los flujos económicos se controlan desde los Bancos Centrales. Me explico:

  • La inflación sube, y el Banco Central sube los tipos de interés para «enfriar» la Economía.
  • El petróleo escasea y los precios del barril se disparan
  • Las empresas ven aumentar sus costes debido al aumento del crudo(todas las empresas se ven afectadas de una u otra forma por la subida del petróleo)  y de los tipos de interés, que hace aumentar su coste de financiación a corto plazo.
  • Para seguir en el punto de equilibrio (allí donde se cruzan los costes y los ingresos) las empresas se ven obligadas a aumentar el precio de sus productos.
  • Las malas cosechas en las plantaciones de Sudamérica y en África, provocan un aumento de precios de los cereales.
  • Aquellas empresas que utilizan de alguna manera el cereal como materia prima, va a tener que subir los precios.
  • Conclusión: El Banco Central aumentó los tipos pero los precios van a subir.

Es un modelo muy simplista, lo sé. Pero tendrían que ver el modelo Keynesiano, por ejemplo, que se basa en unas premisas que nada tienen que ver con el mundo real.

Pero todo el mundo entiende que en este mundo en el que vivimos las decisiones que toman desde arriba no siempre se expanden de manera uniforme por todas las capas económicas. Existe una definición de locura muy instructiva: » Locura es seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes».

Necesitamos dirigentes que sean capaces  de tomar decisiones arriesgadas y que ayuden a la economía, pero también a los ciudadanos. De nada sirve que no tengamos inflación si la gente no puede hacer frente a sus créditos, o si las empresas no pueden aumentar sus ventas.

Porque estamos en una especie de esquizofrenia económica; metidos de lleno en una economía basada en el consumo cíclico y en su mayoría innecesario (¿Realmente necesitamos cambiar de móvil cada seis meses o de coche cada tres años?), pero ése mismo consumo trae consigo inflación, por lo que suben los tipos. Así que no sabemos si debemos consumir para que la economía crezca, o no consumir para que no suban los tipos de interés. Y entre medias, las empresas que suben los precios lo achacan bien a la subida de tipos o a la inflación, mientras que a los empleados no les suben los sueldos debido a la subida de tipos o a la inflación.

Nos suben los tipos, nos suben los impuestos, nos suben los precios de los suministros básicos, nos congelan los sueldos, nos despiden, utilizan nuestro dinero para rescatar bancos a los que debemos nuestra hipoteca, nos dicen que hasta que no se reactive el consumo y la economía crezca por encima del 2% no se empezará  a crear empleo, nos prejubilan de empresas que no es que tengan pérdidas, es que no han ganado lo previsto, nos dicen que compremos automóviles pero que utilicemos el transporte público, nos dicen que  compremos un piso en la playa, que viajemos pero luego publican que las familias no ahorran. La gente se manifiesta y les llaman panda de vagos y luego toman una plaza entera para celebrar un título (me da igual de si es la selección o cualquier otro equipo) y los medios lo muestran como algo simpático.

Nos dicen, nos dicen, nos dicen… hay demasiado ruido para escuchar a quienes quizás tengan algo diferente que decir.

Saludos,

Raskólnikov

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